sábado, 18 de diciembre de 2010

Cena en La Casona Baja

La Casona Baja está situada en la Plaza de la Soledad,
en pleno Casco Antiguo
(Foto: www.badajozdirecto.com)

Muy buenas a todos, retomo el blog tras varios paréntesis en los últimos tiempos… Como me ha dicho mucha gente estos días, la vida sigue. Aunque para mí ya nada será igual.

El caso es que quería contaros nuestra cena en La Casona Baja el pasado sábado 20 de noviembre. Fuimos temprano a cenar al Casco sin un destino definido porque teníamos la fiesta sorpresa de cumpleaños de Nando y Fati a las 23.30h. Probamos en La Giralda. Petao. Probamos en La Bodega de La Santina. Petao. Y acabamos en La Casona Baja aún teniendo un mal recuerdo de las últimas veces que estuvimos comiendo o cenando tanto en la alta como en la baja.

Pero decidimos darle una nueva oportunidad. Entramos y había bastante gente, pero había sitio. Pillamos una mesa en el comedor de dentro donde nos acomodamos Pipe, Cantero, Estevez y un servidor. Nos atendió un camarero que era un trasunto de Lee Marvin. Mayorcete y más bajo, of course. Y no muy profesional. Pedimos tres raciones y una tapa para cada uno y salieron voladas de la cocina. Las raciones fueron de bacalao dorado, sepia a la plancha y solomillo al Oporto. Las tapas eran de lacón, de rulo de cabra con cebolla caramelizada (2) y de salmón ahumado. Todo regado con cerveza.

El bacalao fue lo mejor y no era para tirar cohetes. Normalito. La sepia ni fu ni fa, no estaba mala pero tampoco buena. Y lo peor fue el solomillo al Oporto. No sabía a nada. Soso completamente. Las tapas fueron aceptables. El precio, normal. En definitiva, la opinión de los cuatro fue suspenso. Me reafirmo en que la hostelería del Casco Antiguo carece de calidad y de profesionalidad salvo honrosas excepciones. Lo mejor es que el local estaba lleno de pijales que luego dirán que ahí se come de puta madre... Pero que realmente no tienen ni idea. La gente se come lo que le echen, no tiene criterio.

Como no todo iba a ser malo, se equivocaron en la cuenta a nuestro favor y nos cobraron una ración de menos, jajejijoju. Y como esto es España y no nos había gustado la comida nos callamos como putas. Qué espabilen!

2 comentarios:

Pablo dijo...

Totalmente de acuerdo en que la hostelería del casco es de raciones cutres, fritangeo, tapitas que siempre son las mismas... y la profesionalidad siempre es la mínima.

abrahamvillar dijo...

A mí este sitio no me gusta. A ver qué tal el Doña Purita, que vamos hoy de cena...