lunes, 11 de marzo de 2013

CELDRÁN

18 años es mucho tiempo. Durante su mandato, Miguel Celdrán y sus sucesivos equipos de gobierno han hecho cosas bien, cosas mal y otras muchas no las han hecho. Para mí, ha sido un alcalde mediocre en cuanto a su gestión. Ha favorecido a unas barriadas en detrimento de otras. Se ha volcado en el Casco Antiguo, Santa Marina, Valdepasillas y Las Vaguadas en perjuicio del resto de barriadas. Como si Antonio Domínguez, Barriada de Llera, Cerro Gordo, Cerro de Reyes, Suerte de Saavedra, El Progreso, El Gurugú, etc. no fueran Badajoz. En algunas, la acción municipal ha brillado por su ausencia en años. Y aún así barría en las elecciones.  Al César lo que es del César. Los pacenses así lo han querido.

Que la ciudad ha evolucionado, por supuesto. Sería de necios negarlo. Pero las cosas se pueden gestionar de muchas maneras. Y la gestión de este alcalde, desde su óptica conservadora, no la comparto ni la apruebo. Amén de sus maneras: chusquero, autoritario, etc. Recordad, por ejemplo, “La celdranada de los palomos cojos”.


Me habéis escuchado decir muchas veces que Badajoz tiene un Ayuntamiento de pueblo chico. Y digo esto porque el Ayuntamiento no se ha adaptado al crecimiento que ha experimentado Badajoz, ni a los nuevos tiempos (la vida actual transcurre a una velocidad vertiginosa). No hablo sólo de la plantilla de la policía local o de parques y jardines (que también), me refiero a que muy pocas veces ante un problema o una oportunidad el Ayuntamiento ha llevado la iniciativa, más bien ha ido a la deriva, actuando a toro pasado. Haciendo gala de una desidia y una pasividad increíbles. Confiemos en que el nuevo alcalde cambie el chip.

Precisamente, esa desidia también se ha extendido a la gestión diaria de la ciudad (en el mantenimiento de parques, infraestructuras, de la vía pública, etc.). Un ejemplo: se construye un parque. Pasa el tiempo, se funden farolas, se deterioran bancos, papeleras, etc. Y no se reponen. Al final, se tiene que remozar el parque entero y gastarse otro dineral.

Miguel Celdrán (Fuente foto: HOY.es)

Dicho esto, para un servidor la principal asignatura pendiente de este alcalde ha sido el patrimonio de Badajoz. Se ha avanzado mucho en la recuperación del Casco Antiguo de la ciudad y de muchos de sus monumentos. Pero queda mucho por hacer ¿Se podía haber hecho más? Por supuesto que sí.  Sólo hacía falta interés y voluntad. Muchas veces no ha sido sólo una cuestión económica. Nuestro alcalde y sus concejales han demostrado una falta de sensibilidad tremenda en lo referido al patrimonio de Badajoz.

Sólo así se entiende que se hayan permitido aberraciones en las rehabilitaciones y restauraciones de monumentos y edificios del Casco Antiguo. El caso más sonado es el del Cubo de Biblioteconomía, pero el más reciente y penoso es la barbaridad que se va a perpetrar en el Fuerte de San Cristóbal. Lo peor es que son actuaciones que no tienen vuelta atrás. No son reversibles en su mayoría. Para hacer las cosas así prefiero que no toquen nada.

Pero bueno, Celdrán ya es historia. Ha comenzado una época nueva, por lo menos hasta las próximas elecciones. Veremos de lo que es capaz Fragoso. Lo mismo hasta nos sorprende, jajejijoju.

Y, barriendo un poco para casa, no puedo acabar sin dar las gracias a don Miguel, porque gracias a él, mi humilde blog saltó del anonimato a la actualidad política local y a los medios de comunicación. ¿Quién no ha leído “Recortes, si, pero de uñas”?